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miércoles, 9 de febrero de 2011

CAMBIANDO VIDAS

Llevo unos cuantos años en el mundo de las artes marciales, en este punto no creo que importe realmente la cantidad, excepto por lo que este tiempo me ha permitido ver, vivir, experimentar, aprender, equivocarme, corregir, etc.

Me he equivocado? Si, un gran número de veces!

Pero no te confundas, esto no ha sido para nada, ni una pizca malo, ha sido más bien algo excelente, ¿Por qué? La respuesta es sencilla, me ha dado la oportunidad de aprender a ser humilde, reconocer mis faltas o equivocaciones y enmendar mis malas acciones. O como dice mi libro favorito:

R60 Salmos 119:71 Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos.

Si estas líneas te han traído pensamientos que emergen de lo más profundo de tu alma, de esa área en la que solo tú eres capaz de penetrar o permitir que alguien incursione, en ese lugar secreto entre tú y tu creador, sea como sea que le quieras llamar, entonces es tiempo de ponernos a meditar.

He visto que las artes marciales muchas veces se ven colmadas de mistificaciones que no tienen nada que ver con el espíritu del verdadero arte marcial. Y meditar es una palabra que se malinterpreta, pero muchas veces lo enseño a mis alumnos y según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, meditar tiene el siguiente concepto:

Meditar.

(Del lat. meditāri).

1. tr. Aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo. U. t. c. intr.

Partiendo entonces de esta premisa, pensemos profundamente en os múltiples errores que cometemos algunas veces.

Algunas veces tratamos mal a las personas, o peor aún, a los alumnos que tienen puestos los ojos en nosotros como ejemplos de actitud y comportamiento.

Otras veces, nos enfocamos tanto en los que son brillantes y descuidamos a los no tan brillantes, o inclinamos la balanza hacia el otro lado, frente a la mirada de los alumnos y los padres que confían en nosotros y nos ven como un ejemplo de sabiduría y buena conducta.

A veces nos preocupamos por el buen desenvolvimiento de nuestros alumnos, que representan el nombre de la escuela que tanto trabajo y esfuerzo hemos logrado construir a lo largo de los años, por lo que es intolerable que alguno de estos prestigiados miembros cometa cualquier equivocación, y al que así lo hace, le reprendemos , en el mejor de los casos en privado, o en el peor delante de los ojos que están puesto en nosotros como ejemplos de serenidad y calma, incluso en los momentos más difíciles de afrontar.

Otras veces, nos exaltamos delante de otros, alzamos la voz, gritamos, o gesticulamos y perdemos el control (aunque sea solo un poco) delante de las personas que nos admiran por ser ejemplo de calma y respeto a los demás.

Hay otras veces, en las que el ímpetu o la emoción, o algunas mas la vanidad de considerarnos buenos practicantes, nos llevan a criticar a los demás, cuando realmente no conocemos sus logros, en lo personal he recibido tanto buenos comentarios como criticas que llevan un espíritu destructivo, pero muchas veces (en ambos casos) vienen de personas que realmente no tienen ni idea de mi trayectoria y no les importa realmente si es larga o corta.

En fin, creo que la lista sería inagotable, por mi parte, solo me queda pedir perdón a todos los que alguna vez haya podido lastimar en este largo camino de aprendizaje. Solo les pido que tomen en cuenta que aparte de las emocionantes competencias, los deslumbrantes trofeos y medallas, los viajes llenos de aventura y acción, los muchos amigos que vamos conociendo, los muchos instructores, profesores o maestros de los que vayamos aprendiendo, el arte marcial me ha enseñado a ser disciplinado, a ser ordenado, a ser constante, a ser dedicado con todo mi ser hasta alcanzar una meta, me ha enseñado que todo esfuerzo tiene una recompensa, citando nuevamente mi libro favorito:

Gal 6:7 pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.

Pero para terminar estas líneas, solo quiero disculparme con los que me han visto tropezar y mas con aquellos que no se han quedado y no han podido verme enmendar, y después de disculparme quiero pedir a los que aun me conceden el honor de compartir conmigo su tiempo un favor importante, citando pro ultima vez en esta ocasión a mi libro favorito, si me han visto equivocarme, vuelvan su vista a otro lado y no cometan los mismos errores, para no tener que pedir disculpas en un futuro. Como dice mi escritor favorito:

Colosenses 4:6 Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.

Si aprendemos a sazonar nuestras palabras, no sabrán mal si debemos de tragarlas de regreso.

El punto central de esta nota es recordar que la práctica de un verdadero arte marcial, cambiara nuestra vida y la de los que vienen atrás de una manera definitiva, podemos dejar gratos recuerdos o profundas cicatrices en las almas de los demás, con rangos superiores, inferiores o iguales al nuestro, es nuestra responsabilidad decidir qué clase de cambios vamos a provocar en los demás.

Saludos, mis mejores deseos, bendiciones y espero verlos pronto en el área de entreno!!

Mario Lorenzana

kenpo masters

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