La diferencia entre una clase, un entreno y un seminario
Esto es un
poco más que una cuestión semántica, pero muchas personas llegan a las escuelas
y gimnasios con una idea a veces errada y esto provoca que se decepcionen y
pierdan el interés por practicar. Esto también esta intrínsecamente ligado con
el lugar donde realizamos nuestra actividad. Para aclarar esto déjenme utilizar
también la semántica:
Gimnasio: un
lugar destinado a hacer ejercicio
Escuela: un
lugar donde se aprende
Salón: un
lugar para eventos entre los cuales se pude desarrollar un taller o seminario.
Entonces,
ahora quiero hablar de un fenómeno que he visto en muchas oportunidades y para
ello tengo que aclarar que desde mis inicios en las artes marciales siempre he
sido amante del aprendizaje más allá de lo físico, mi amor por las mismas nació
de ver una serie llamada Kung Fu, con el actor David Carradine y una idea
original del Maestro Bruce Lee, creador del Jeet Kune Do y a mi parecer una
mente sumamente brillante. Pero todos los que hayan visto la serie y hayan
practicado artes marciales, podrán recordar que el programa televisivo era totalmente
carente de una técnica “impresionante” de artes marciales. En contraste con eso
tenía un guion orientado a una profunda enseñanza filosófica, nadie igualaba la
sabiduría del maestro Po y el maestro Khan.
En las etapas
tempranas de mi carrera como artista marcial, estuve involucrado en la
competencia (gracias a Dios no me quejo de los resultados, me ha ido bien) pero conforme maduraba, el amor
por aprender me hizo buscar cuanta fuente estuviera a mi alcance para poder
obtener más y mejor información. No creo que valga la pena mencionar los nombres
de los masters con los que tuve la oportunidad de atender talleres, seminarios
o clases. En cambio, creo que si merece ser mencionado el hecho de que he visto
numerosas veces repetirse un fenómeno. La confusión entre una clase, un entreno
y un seminario o taller.
Las personas
muchas veces buscan asociaciones para obtener grados y de hecho muchas
organizaciones ofrecen esta clase de respaldo. A veces atienden seminarios con
la finalidad de aprender algo nuevo de alguien que quizás nunca han visto,
alguien que no los conoce y no es su maestro; entonces viene el fiasco: “NO
APRENDEN NADA NUEVO”, resulta que el seminarista enseña una técnica que ya
saben y creen dominar. Al darse cuenta de que ya saben la técnica pierden la atención
y por ende la oportunidad de observar los ángulos y puntos de vista del
instructor y nuevas perspectivas que les ayudaran a mejorar lo que ya saben.
Si queremos
ser instruidos necesitamos un Instructor, un maestro que nos instruya paso a
paso y lleve un recuento de nuestros progresos y dificultades de aprendizaje. Este
mismo instructor puede también tener conocimiento de nuestro desarrollo físico y
dirigirnos en entrenamientos para mejorar nuestra condición cardiovascular, y
mejorar nuestro rendimiento físico.
Entonces,
para concluir, cuando hablamos de seminarios o talleres, debemos de recibirlos
con una mente abierta, dispuesta a analizar los puntos de vista del exponente y
sacar provecho de sus perspectivas de algo que probablemente aun no hayamos
descubierto en lo aprendido o no hayamos aprendido de nuestro maestro. Esto no
tiene que ver con la fidelidad o la infidelidad al maestro, o la escuela o la organización
a la que pertenecemos, pero si descubrimos que hay otras fuentes de aprendizaje,
entonces corremos el riesgo de desubicarnos o menospreciar lo aprendido, asi
como el enorme riesgo de ser deslumbrados o engañados y desviados de nuestro
sendero de aprendizaje, por eso es importante aprender con madurez y también es
muy importante que cuando atendamos un seminario, lo hagamos con el
consentimiento de nuestro mentor.
El camino del
aprendizaje tiene muchos ramales, pero si nos apresuramos a recorrerlo podemos
tropezar. Siempre es bueno querer aprender más, pero no olvidemos lo que dice
mi libro favorito:
BLS 1 Tesalonicenses 5:21 Pónganlo todo a prueba,
pero quédense sólo con lo bueno
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