De mi escritorio
matutino.
El Legado.
Es bien conocido de
todos los miembros de nuestra familia de Kenpo (OHANA), que nuestra primordial
meta como escuelas es brindar una enseñanza integral que vaya más allá de los
"brincos, puños, gritos y patadas". Esto se refleja en los valores
que inculcamos en nuestras clases y resaltamos en cada promoción de rangos, al
entregar las nuevas cintas a los alumnos.
Al recibir nuestra
nueva cinta, la colocamos formando una letra "L" frente a nosotros con
el fin de recordarnos un principio que debe morar en nuestros corazones y debe
ser parte de nuestra manera de vivir. Nos recuerda vivir con valores. Pero la
pregunta es: ¿Cuáles valores?
Los valores que
mencionamos son:
1.
Love
2.
Life
3.
Learning
4.
Loyalty
5.
Leadership
6.
Legacy
7.
Lineage
8.
Liberty
9.
Longevity
No quiero entrar en
detalles repetitivos del significado de cada uno, pero quiero hablar del LEGADO,
algo sumamente importante. Es importante porque todo ser vivo, incluyendo al
ser humano debe perpetuarse, es una ley universal necesaria para la conservación
de las especies. Incluso en La Biblia encontramos que Dios siempre que reinicia
algo, da el mandato de multiplicarse.
Los seres vivos
nacen, crecen, se reproducen y mueren. La reproducción es para perpetuar su
especie, pero esto puede llegar a verse afectado por fenómenos externos y puede
extinguirse la especie. Ahora bien, hablando del ser humano, entendemos que se
puede crecer en el cuerpo y alcanzar una madurez reproductiva. Se puede crecer
en el alma y madurar en el comportamiento en relación a los demás seres
humanos. Se crece espiritualmente y cambia la forma de ver nuestro entorno,
nuestra vida y aprendemos a vivir con más plenitud, sin preocuparnos por esos
factores externos.
El cuerpo crece,
madura, se reproduce, se marchita o envejece y termina volviendo al polvo de
donde fue tomado, y solo nos perpetuamos como seres humanos a través de nuestro
apellido, que se ve en riesgo de “extinción” si no tenemos hijos varones que
hereden a sus hijos ese apellido. Pero la
buena noticia es que tenemos la oportunidad de perpetuarnos en otro plano que
no es el físico; podemos perpetuarnos de un forma más trascendental, a través del
LEGADO que dejemos a las futuras generaciones.
La semilla para ese
legado se llama ejemplo, la historia esta plagada de hombres que dejaron su
legado siendo un ejemplo en algún área de su existencia, sin importar en cuales
otras hayan fallado, por ejemplo, Albert Einstein puede no haber sido un
ejemplo de estudiante en sus años escolares, pero pudo dejar un legado de su
genialidad que me atrevería a decir, la humanidad aun no ha terminado de
comprnder y aprovechar. Así podría mencionar muchos otros hombres, pero el
ejemplo mas grande sería el Hombre que con su ejemplo dejó un legado tan
impresionante que dividió la historia de la humanidad en dos partes, su nombre,
Jesus y dijo: Porque os he dado
ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. (Juan 13:15)
No estoy hablando
de religiones, estoy hablando de causar impacto, de dejar algo que perpetúe el
recuerdo de nuestro paso por la tierra, no hablo de ser perfectos y hacerlo
todo perfecto, hablo de dejar una huella que ayude a transformar la vida de nuevas
generaciones de una manera positiva, incluso enseñando que caerse está permitido,
lo que no se permite es quedarse tirado; Errar no es el final de nuestra
existencia, sino es más bien, una oportunidad de enmendar y demostrar que no nos podemos quedar
derrotados por nuestras fallas.
Un practicante de
artes marciales en nuestros días es por lo general una persona joven,
inexperta, propensa a equivocarse o hacer malas elecciones, pero también es una
persona que tiene la oportunidad de predicar con el ejemplo, enseñando a otros
sus buenas acciones, sin necesidad de ser un súper humano, puede ser alguien
que perpetúe su recuerdo en muchas mentes, con cada día que demuestra ser una
persona de valores y principios, con una disciplina integral. Una persona que quizás
cometa errores, pero siempre demuestre tener humildad para reconocerlos y
apartarse de hacer el mal. Una persona capaz de hablar de sus experiencias y
aconsejar a otros para que no recorran los caminos en los que puedan
tropezarse.
Como le aconsejan a
un joven en la Biblia: BLA 1 Timoteo 4:12 No dejes que te critiquen por ser joven. Trata de ser el
modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe
y tu vida irreprochable.
Ahora bien, esto no tiene nada que ver con vivir a la expectativa de lo que
los demás opinen de nosotros, se trata de vivir con la convicción de que si
hacemos las cosas bien, dejaremos un legado de ejemplo, para quienes quieran
seguirlo, aunque siempre habrán quienes no estén de acuerdo con lo que hacemos.
No se trata de acusarnos o dejar que nos acusen cada vez que cometamos un
error, se trata de darnos cuenta nosotros mismos de nuestras fallas y al
enmendarlas, dejar un legado de ejemplo de humildad y madurez.
En resumidas cuentas, la importancia del legado es que nos perpetuará en
las mentes y los corazones de aquellos a los que les hayamos trasmitido algo,
no solo por movimiento, ni solamente por palabras, sino también por nuestra
conducta. Recuerda la “L” de Legacy cada vez que te pongas la cinta en tu
cintura, porque seguramente habrán muchos dispuestos a seguir tu legado, aun
cuando ya no quieras seguir llegando a tu escuela, después de todo, aunque te
separes siempre serás “Ohana”.
Y por cierto, si estás alejado de
tu entreno, nunca es tarde para volver y aprender de los que van adelante,
enseñando a los que vienen atrás.
#EnseñandoAprendo
#LMACS
#LorenzanasKenpo
#IKKA502
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