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domingo, 15 de noviembre de 2015

OTRA VEZ? PARA QUÉ? YA ME ABURRÍ :/


REPETICIÓN, REPETICIÓN, REPETICIÓN... Y MAS REPETICIÓN


En 2007, durante una visita a la escuela de mi maestro Bob Liles, conocí mis primeros ejercicios o "drills" con arnis (Doce Pares) y recordé la primera vez que tuve contacto con un arma en artes marciales.
La frustración, la desesperación de no poder fluir en el movimiento, la impotencia de sentirte tonto, por no poder desarrollar las secuencias o ejercicios de la manera que lo hacen los demás y la voz interna repitiendo “tengo que aprender y superarme para la próxima clase, mañana repasaré sin descanso”

He seguido aprendiendo y puedo darme cuenta de lo poco que sé de este arte marcial, pero aun me esfuerzo por tratar de mejorar la calidad de mi movimiento y de mi trabajo de maniobras (Footwork). Tengo la dicha de estar aprendiendo de un gran instructor de PTK, Lakan Guro Ron Fortin, un Marine texano, descendiente de filipinos, muy paciente, dedicado a la hora de enseñar, que radica en Antigua Guatemala. Guro Ron (como me gusta llamarlo, pero siempre que lo hago  me corrige)nos ha dado unas lecciones muy interesantes, cargadas de repeticiones y más repeticiones, por ejemplo, la primera vez que nos reunimos a entrenar, hicimos los golpes en ángulos 1 y 2 más de 1400 veces. Estas son lecciones que me traen siempre a la mente recuerdos de mis 42 años involucrado en las artes marciales.

Pero la enseñanza más recurrente en todas las lecciones aprendidas de maestros ha sido siempre la repetición, una y otra vez repetimos el mismo movimiento, y así debe ser, para poder llegar a alcanzar un determinado grado de maestría.

Claro! No basta con repetir desganadamente lo mismo todos los días, esa clase de repaso equivale a repasar una y mil veces con un bolígrafo la misma letra sobre un pedazo de papel, si no le prestas atención a lo que haces y si no buscas mejorar tus trazos, acabaras por abrirle un agujero al papel y de todas formas seguirás teniendo la misma letra, lo importante es hacerlo de manera consciente y buscando mejorar los trazos para que tu letra se vuelva cada vez más legible y más estética, mejorando también la velocidad de tu escritura, al grado que si prestas atención, si aprendiste a escribir con lápiz de grafito, al escribir ahora con esa misma clase de lápiz, tus trazos son sorprendentemente más rápidos y más estéticos, y esto en parte se debe a la memoria subconsciente y la memoria muscular.

Así,  con el movimiento pasa lo mismo, debes repetir una y otra vez, teniendo conciencia de la importancia de mejorar cada día tus trazos y la aplicación de cada principio y aspecto de tu técnica. No basta con hacer una secuencia cada vez más rápido, si sacrificas la calidad del movimiento por la velocidad. Debes practicar para mejorar tu trazo, tu fluidez, tu aplicación, tu potencia, tu efectividad, tu comprensión, tu capacidad de re formular las secuencias, tu estética, tu capacidad de explicar el movimiento a otros. Si aprendes una técnica, sabrás una técnica, si comprendes un principio, entonces sabrás mil técnicas. Si sabes moverte eres un experto, pero si sabes el porqué de cada movimiento, entonces vas camino a la maestría. GM Rene Tongson (El Guardián del sistema de Arnis Clásico Abaniko Tres Puntas), me contó que sus primeras lecciones fueron meses con los golpes uno y dos y el trabajo de pies, mientras su maestro cocinaba y le contaba historias, que muchas veces no estaban relacionadas con el arte marcial; entrenaban todos los días de 1 a 2 horas y el fin de semana en sesiones más largas. 

La repetición va más allá de todo lo anterior, también te recuerda la humildad y la constancia necesarias para llegar a convertirte en un verdadero maestro de artes marciales, todos los grandes maestros que conozco, son humildes y han aprendido de esta manera. El problema con las escuelas de hoy, o más bien con los practicantes de hoy, es que no quieren pasar por procesos largos de aprendizaje, no quieren repetir y repetir lo mismo, y si lo hacen, no se preocupan por mejorar en cada repetición. La sociedad actual es acelerada, está ansiosa de aprender rápido y sin mayor detalle, por eso muchos artes se han ido diluyendo. 

No quiero decir que el aprendizaje deba ser lento por excelencia, me refiero a que cada practicante es responsable de manejar apropiadamente la información que le es trasmitida por el maestro, y para ello es necesario dar un  paso y dejar esa etapa de practicante, para convertirse en alumno y luego en discípulo de su maestro. 

Los discípulos de Jesucristo, el maestro que partió en dos la historia de la humanidad (A.C./D.C.) pasaron por distintas etapas, yendo de oyentes a creyentes, de creyentes a siervos, de siervos a amigos y algunos terminaron dando enseñanzas como las de su maestro. Este es un ejemplo que todos aquellos que anhelamos llegar un día a ser maestros podríamos seguir y me atrevo a decir que si lo hacemos lograremos triunfar en esa y muchas otras metas que podamos trazarnos, después de todo, esto es lo que realmente se llama disciplina, o como lo decimos en nuestras escuelas: “disciplina es hacer las cosas bien, porque yo quiero que salgan bien, sin necesidad de nadie que me vigile mientras las hago”

APRENDE, REPITE, REPITE, REPITE, VUELVE A REPETIR; MEJORA LO QUE HICISTE ANTERIORMENTE CON CADA REPETICION; SI NO ENTIENDES PREGUNTA Y VUELVE A REPETIR, MEJORALO. CUANDO TE CANSES, SOLO VUELVE A REPETIRLO Y RECUERDA, MAÑANA PODRAS REPETIR OTRA VEZ Y MEJORAR LO QUE HICISTE HOY… EL CAMINO DE LA MAESTRÍA NO TIENE ATAJOS, ESTA LLENO DE LECCIONES APRENDIDAS DE CADA ERROR Y PAVIMENTADO CON MUCHAS GOTAS DE SUDOR, ADELANTE!

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